20 de enero de 2020

Cuidado e higiene de genitales masculinos

Los genitales masculinos son estructuras anatómicas que demandan mucho cuidado, ya que está influenciado por, el sistema endocrino (hormonal y excretor), sistema nervioso (sensibilidad), y urológico (excretor). El proceso de higiene de la piel de la vulva y del pene, es más exigente que la de otras zonas corporales, por múltiples particularidades que se exponen a continuación.


Los genitales masculinos presentan un importante número de pliegues que favorecen la proliferación de microorganismos por la facilidad con la que pueden acumularse en ellos secreciones y restos de orina. En el caso del hombre, debido al prepucio, se acumulan periódicamente secreciones que posteriormente pueden infectar o lastimar el glande.

Funcionalidad del aparato genital

Los genitales representan los aparatos reproductores sexuales y también de excreción. En condiciones normales y practicando una adecuada higiene tanto en el momento de la micción, como en el aseo diario, este proceso de excreción de orina no debería ocasionar ninguna problemática significativa.

La incidencia de problemas de carácter genital (mucho mayor entre las mujeres que entre los varones) está directamente relacionada con la propia anatomía del aparato urinario femenino, ya que la uretra es corta y muy cerca del ano, lo que facilita la migración de materia fecal hasta la región urinaria (cuando se acostumbra a limpiar de atrás hacia adelante, después de evacuar). También desempeñan un papel importante los embarazos, los partos múltiples, la atrofia genital y del suelo pélvico por falta de estrógenos en la menopausia.

En el varón, la incontinencia urinaria suele estar vinculada al aumento del tamaño de la próstata o a las intervenciones de hiperplasia prostática, por lo cual se suele manifestar en individuos de edad avanzada.
Relaciones sexuales.

Las relaciones sexuales representan inevitablemente un factor de riesgo en infecciones, tanto por el contacto físico como por el intercambio de fluidos entre la pareja. La naturaleza y fisiología de las estructuras involucradas están adaptadas en ambos sexos para minimizar dicho riesgo.

Las mujeres poseen unos mecanismos de defensa específicos: el flujo vaginal (secreción mucosa e inodora originada en las glándulas de Bartholin) que cumple funciones de autodepuración, humectación y lubricación. La acidez de este fluido permite mantener en equilibrio la flora bacteriana vaginal normal, además de actuar como barrera frente a otros microorganismos patógenos externos que pretendan infectar el área genital.

El aparato genital masculino, en contraste del femenino, no dispone de medidas similares, ya que su principal mecanismo de defensa a las infecciones es su “arquitectura” anatómica. Al tener una uretra larga, ésta sirve de barrera para los agentes patógenos. Un ataque frecuente que padecen los hombres es la prostatitis (infección de la próstata), comúnmente ocasiona al introducir el pene, a través del ano de su pareja, sin un posterior aseo del glande con jabones especializados.

La higiene íntima beneficia a ambas partes de la pareja, si una de las partes tiene unos hábitos higiénicos inapropiados puede provocar la transmisión recíproca de patologías infecciosas.

Pequeñas lesiones Fricción.

Adicionalmente, los genitales al estar ubicados entre la pelvis y los miembros inferiores, ocasiona el continuo contacto piel con piel de las estructuras que conforman los aparatos genitales externos, con el consiguiente proceso de fricción que ello puede implicar, más las exposiciones a traumas de tipo mecánico derivados de la propia función sexual, lo hacen vulnerables a lesiones.

Indumentaria.



Las reglas sociales de nuestro entorno hacen que los genitales sean zonas que sistemáticamente permanecen ocultas bajo la indumentaria íntima. Esta situación, junto con la utilización de prendas de vestir en ocasiones o habitualmente ajustadas y no siempre fabricadas con tejidos naturales (como el algodón) que faciliten la transpiración, propicia que en las zonas involucradas exista una semioclusión permanente, una mayor humedad y una temperatura que pueda facilitar el crecimiento bacteriano si las condiciones higiénicas son deficientes. En este caso se recomienda cambiar la ropa íntima cuando ya esta húmeda.

MEDIDAS HIGIÉNICAS

Muchos hombres dedican un especial cuidado a su cuerpo, pero son muy pocos los que están atentos a los cuidados básicos con su zona íntima. utilizan cualquier producto para la higiene y no da la debida atención cuando algo parece no ser “ normal”. BCN Pharma resalta a necesidad de cuidar de forma eficaz y visitar los dermatólogos y urólogos ante disfunciones, molestias asociadas al aparato genital masculino. Recordamos también la necesidad de utilizar productos especialmente diseñados para la zona genital masculina que cubran sus necesidades y se adapten a las especificidades de su fisiología.

Por ello estos productos deben diseñarse y su composición adecuarse de manera que se garantice una eliminación eficaz de las secreciones fisiológicas de la zona (de sudor, uretrales y genitales), así como de los restos de suciedad que pudieran acumularse.

Productos para el cuidado genital: qués características deben tener?

Esas y otras preguntas sobre los productos íntimos para el hombre vamos contestar en el próximo post.

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